lunes, abril 02, 2018

La Figura del Intelectual en Gramsci y Sartre

En mayor o menor grado todos los seres humanos somos intelectuales en tanto que desarrollamos, también en mayor o menor profundidad, un conjunto de ideas críticas acerca de nuestra realidad que, a su vez en mayor o menor medida, tiene un impacto sobre nuestro entorno. Se cree que esta noción confrontaría con la idea que albergara Marx en vida, pues este, por ejemplo, consideraba al intelectual y al obrero como elementos disjuntos como consecuencia de que el último efectúa un trabajo de naturaleza esencialmente manual. Sin embargo, decididamente pienso que lo que determina al obrero no es el desarrollo de un trabajo más o menos manual o mecánico frente a intelectual, sino el rol que juega en el seno de las relaciones sociales de producción capitalistas. Esta visión, contrapuesta a la de Marx, habría sido seguramente compartida por Antonio Gramsci y Jean-Paul Sartre.

Asumida la marginalidad (como resultado del extraordinario desarrollo del modo de producción capitalista) del intelectual gramsciano en tanto que intelectual tradicional, podemos afirmar que el intelectual gramsciano en tanto que intelectual orgánico que procede de las capas intelectuales de las clases subalternas comparte rasgos con el intelectual en sentido sartreano.

En una vídeo-entrevista concedida a Radio Canadá en el año 1967 (muy recomendable), Sartre esboza que un individuo que realiza un trabajo de naturaleza esencialmente intelectual (por ejemplo, un científico) no es un intelectual per se. Por el contrario, para Sartre, esta clase de individuo adopta el papel de intelectual de forma adicional en el momento en el que cobra consciencia de sus contradicciones, de su alienación, y las pone de manifiesto. Más concretamente, Sartre desarrolla un ejemplo en torno al físico nuclear que es corresponsable de la fabricación de la bomba atómica. Este último sería considerado por el primero como un intelectual sólo a partir del momento en el cual el científico se da cuenta de que custodia intereses que le son ajenos, opuestos a los intereses universales, y denuncia este hecho. En resumen, bajo esta premisa, el intelectual en potencia sólo adquiere la condición de intelectual cuando descubre la alienación en sí y se compromete con su realidad histórica en un sentido de progreso.

Por su parte, el intelectual gramsciano en tanto que intelectual orgánico imbricado en las clases subalternas de la sociedad tiene un papel fundamental de análisis y denuncia de la alienación que experimentan dichas clases con objeto de que estas cobren consciencia de la misma. Como se puede observar, tanto para Gramsci como para Sartre, el intelectual vinculado a las clases subalternas no puede enajenarse de su condición de ni de su compromiso para con su clase. De otra manera, tal intelectual es no intelectual.

No obstante, podemos afirmar, apoyándonos en la argumentación de Sartre durante la vídeo-entrevista, que el intelectual sartreano y el intelectual gramsciano en tanto que intelectual orgánico que procede de las capas intelectuales de las clases dominantes son antitéticos. En sentido gramsciano, este tipo de intelectual, siendo o no consciente de sus contradicciones, de su alienación, trabaja en la conservación del orden de dominación existente (es decir, por el consentimiento activo o pasivo de las clases subalternas), no lo denuncia. Por el contrario, este tipo de intelectual asume su papel como inherente a su naturaleza, a la clase social a la que pertenece, pues en su alienación radica su poder. Este intelectual se ubica, por ejemplo, en organismos tales como medios de masas, etc.

Quizás porque Sartre hablaba exclusivamente desde su perspectiva de clase, no desarrolló en toda su magnitud su noción de intelectual. En caso de no ser así, asumir que el intelectual orgánico vinculado a las clases dominantes lo sea en sentido sartreano implica un movimiento en la dirección de la consecución de la negación de la negación marxista (de la sociedad socialista). En otras palabras, este tipo de intelectual empujaría en la dirección de la aniquilación de las clases dominantes, de la reunificación de las clases sociales, como resultado de la toma de consciencia de su alienación y la posterior denuncia. Por tanto, he aquí el carácter antitético del intelectual sartreano respecto del intelectual gramsciano en tanto que intelectual orgánico que procede de las capas intelectuales de las clases dominantes.

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